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DE MADRID Y DEL GRIFO
En nuestro blog encontrarás consejos para ahorrar agua y conocerás cómo trabajamos para llevarla con la mejor calidad hasta tu grifo en Madrid
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MONOCLORAMINA: EL TERROR DE LAS BACTERIAS
Hemos desarrollado un sistema de desinfección del agua de consumo basado en la monocloramina, un compuesto que permanece más tiempo en la red de distribución y genera menos subproductos
Uno de los grandes hitos sanitarios de los siglos XIX y XX fue, sin duda, la desinfección del agua de consumo humano, que supuso la reducción e incluso desaparición de enfermedades no solo digestivas, sino también dérmicas y respiratorias.
La desinfección del agua suele tener lugar en la última fase del proceso de tratamiento, para controlar que no haya patógenos en la red de distribución. De este modo, se preserva la calidad del agua hasta que sale por el grifo del consumidor.
En la mayoría de los abastecimientos de España, la desinfección se realiza mediante cloro libre. Este producto tiene un alto poder desinfectante, sin embargo, su tiempo de permanencia en el agua es relativamente corto. Esto lleva asociado un modelo de gestión basado en numerosas plantas de tratamiento y recloradoras en la red, además de un aumento en subproductos de desinfección.
En cambio, en Canal de Isabel II hemos optado por un sistema de desinfección revolucionario que se basa en el cloro combinado, y más específicamente en la monocloramina –compuesto formado de la reacción de cloro disuelto con amonio–. Y es que aunque la monocloramina tiene menor poder desinfectante que el cloro libre, ofrece dos grandes ventajas técnico-económicas: permanece más tiempo en la red de distribución, lo que permite reducir los gastos en tratamiento, y conlleva una menor formación de subproductos de la desinfección, lo que incide directamente en la salud de la población abastecida. Hay que tener en cuenta que la red de distribución de agua en la Comunidad de Madrid supera los 17.600 kilómetros, y es necesario garantizar que el agua está desinfectada no solo en los puntos más cercanos a las estaciones de tratamiento, sino también en aquellos a los que el agua llega después de un viaje más largo.
LA IMPORTANCIA DEL PH
La apuesta por este método de desinfección pionero nació y se está desarrollando gracias al trabajo de varios de nuestros profesionales. A partir de las investigaciones, hemos podido evaluar cómo afecta el pH al porcentaje de monocloramina disponible en el agua una vez ha sido desinfectada. Para observar el comportamiento de la cloramina y su poder desinfectante, hemos realizado experimentos con bacterias coliformes de la especie E. coli, tanto por su facilidad de tratamiento en el laboratorio, como por ser buenos indicadores de los procesos de desinfección.
Modificamos el pH de las muestras tomadas –de 5 litros– en el laboratorio y, posteriormente, inoculamos las bacterias E.coli para así observar el comportamiento desinfectante de la cloramina. Los resultados obtenidos han sido reveladores. Así, hemos concluido que el intervalo de pH óptimo del agua es el comprendido entre 8 y 8.5 unidades. Estos niveles aseguran una buena estabilidad de la monocloramina, a la vez que garantizan una desinfección aceptable.
Los estudios se han llevado a cabo tanto con agua de las ETAP como con agua de puntos de red singulares de la Sierra Norte de Madrid. Esta zona cuenta con unas características particulares, ya que la baja densidad de población genera mayores tiempos de retención del agua derivada, lo que permite conocer la estabilidad y capacidad desinfectante de la monocloramina en la red de distribución.
Desde la inclusión de la monocloramina como desinfectante del agua, hay una mayor seguridad en cuanto a la salubridad y calidad de nuestra agua. Como consecuencia de este enorme avance, a lo largo de los últimos años hemos prescindido de más de una veintena de recloradoras, lo que ha supuesto un evidente ahorro en costes.
*Este estudio ha sido una labor investigadora del Área de Tratamiento de Aguas de Lozoya-Jarama, con la colaboración del Área de Tratamiento de Guadarrama.
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