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¿CÓMO SABEMOS QUÉ EMBALSE TIENE LA MEJOR AGUA?
Cada día, nuestros tomadores de muestras recogen agua bruta para analizar no solo qué embalse aporta mejor agua, sino a qué profundidad se puede encontrar
La vigilancia de la calidad del agua para el abastecimiento a la población en Madrid comienza en el origen de la misma, es decir, en nuestros embalses, donde diariamente recogemos muestras del agua natural para luego examinarlas en los laboratorios. Las muestras se toman y examinan esencialmente para determinar parámetros físicos, químicos, biológicos y radiactivos. Esto hace que la recogida de las muestras requiera criterios y técnicas diferentes para cada caso.
En la medida de lo posible, las muestras deben ser representativas del conjunto que va a caracterizarse. Además, desde que se recogen hasta que se analizan hay que tratarlas con todo el cuidado y la precaución del mundo, para así evitar que sufran ninguna alteración en su traslado al laboratorio. Por tanto, antes de elaborar un programa de muestreo, es necesario definir una serie de factores a tener en cuenta, como el lugar donde se toma la muestra, los procedimientos de toma, la frecuencia, la duración, el tratamiento de las muestras y los análisis a realizar.
Como norma general, la toma de esas muestras de agua bruta se realiza desde una embarcación, en una zona marcada por boyas que indican que, en ese punto, el embalse alcanza su máxima profundidad. Cuando las condiciones meteorológicas no permiten el acceso al embalse, el muestreo se realiza desde el muro o en los grifos de comprobación ubicados en la torre de toma.
Con la ayuda de instrumentos y aparatos de medición, y bajo la supervisión del analista de laboratorio, el tomador de muestras recoge determinadas cantidades de agua para estudiar distintos parámetros. Precisamente el hecho de poder recoger muestras a cualquier profundidad (hasta a 100 metros por debajo de la superficie cuando los embalses están muy llenos) permite realizar perfiles de la temperatura o la transparencia del agua, por ejemplo. Igualmente, con sondas de fluorescencia se comprueba si hay algas, cuántas y de qué tipo.
Seguidamente, las muestras extraídas se llevan al laboratorio para completar el análisis del agua, donde los analistas la examinan sin saber su precedencia. En caso de detectar alguna anomalía, la comunicación es instantánea con el personal que trabaja en las estaciones de tratamiento, a quienes se advierte de la situación para que puedan anticiparse y corregirla en el proceso de potabilización.
¿Te has quedado con ganas de más? Si es así, te invitamos a conocer en el siguiente vídeo a nuestra compañera Ana de las Muelas, experimentada tomadora de muestras que te contará mejor que nadie cómo lleva a cabo su trabajo.