EL CANAL ALTO: QUÉ ES Y POR QUÉ SE CONSTRUYÓ

EL CANAL ALTO: QUÉ ES Y POR QUÉ SE CONSTRUYÓ

EL CANAL ALTO: QUÉ ES Y POR QUÉ SE CONSTRUYÓ

Este canal se construyó en la primera mitad del siglo XX para complementar el abastecimiento de agua de Madrid, que inicialmente solo se realizaba a través del canal primitivo, cuyo caudal ya resultaba escaso


Entró en servicio el 25 de junio de 1941 y tiene una longitud de casi 55 kilómetros

En primer lugar, debemos comenzar explicando a qué llamamos “Canal Alto”. Se trata de una gran conducción de agua que enlaza el depósito superior de Torrelaguna con el de Cuarto Depósito de Plaza Castilla. Recorre una distancia de 54,5 kilómetros. Unos 18 kilómetros de ese trazado los hace en túnel, mientras que algo más de 7 kilómetros corresponden a sifones, como el de San Vicente (ver la imagen del artículo) o el de Guadalix.

Las limitaciones del Canal Antiguo

En la época en la que se comenzó a plantear la construcción del Canal Alto, el cauce del primitivo Canal Bajo (por aquel entonces llamado el Canal Antiguo) era la única fuente de suministro y, además, empezaba a resultar escaso dado el crecimiento de la población. El Canal Alto, por el contrario, ampliaba la dotación y permitía llevar el agua por gravedad a los nuevos barrios que habían sido construidos en el norte.

Además, el rendimiento del Canal Antiguo presentaba ciertos déficits, ya que era capaz de transportar como mucho 3.500 litros de agua. Asimismo, cuando este necesitaba reparaciones o mantenimiento, al ser el único conducto, obligaba a interrumpir el servicio a la ciudad.

Así pues, el Canal Alto permitió alimentar la zona alta de la ciudad sin necesidad de elevación, pues partía a una altitud de 869 metros y finalizaba a una cota de 727 metros, la misma que el depósito elevado de Santa Engracia.  De esta forma, alivió también la presión sobre el canal original y posibilitó las urgentes reparaciones que este último necesitaba.

La construcción de un canal alternativo

La primera idea de llevar a cabo la creación de una nueva conducción fue contemplada en el proyecto propuesto por Ramón de Aguinaga en 1907, donde ya comentaba su preocupación por el hecho de que Madrid estuviera abastecida por un único conducto.

Unos años después, en 1922, Francisco Parrella presentó el plan titulado “Nuevo Canal de Conducción”, donde recuperó la idea de Aguinaga y expuso tanto los pros como los contras. Finalmente, su proyecto fue aprobado y tres años después el Ministerio de Fomento aprobó la construcción del Canal Alto.

Se ideó construir un novedoso canal alternativo cuyo principal propósito fuese la funcionalidad. Para ello, se optó por sustituir la sillería por el hormigón y también se decidió enterrar las obras, con el fin de protegerlas de contaminaciones y otros peligros. 

Un trabajo lleno de desafíos

Aunque el principal obstáculo que experimentó fue el estallido de la Guerra Civil, en realidad en los años anteriores ya estaban surgiendo dificultades que retrasaban la conclusión de las obras, como la falta de fondos o los problemas con diferentes contratistas.

Además, a fin de que el Canal Alto pudiera alimentar la red urbana, fue necesario terminar las obras de unión entre el Cuarto Depósito y los ya existentes. Estas labores habían comenzado en 1935. De esta manera, se podía reemplazar el suministro de agua elevada por agua rodada, así como aumentar las presiones en la red de las zonas más altas.

Finalmente, el Canal Alto entró en servicio el 25 de junio de 1941, y desde entonces, supone un engranaje clave en la red de suministro de Canal de Isabel II, gracias al cual los barrios más al norte siguen beneficiándose de las aguas que transporta.