Las depuradoras de aguas residuales son como minas. Además de cumplir con un cometido esencial desde el punto de vista medioambiental, consiguen recuperar y transformar los residuos y extraer de ellos combustibles, carburante, fertilizantes, compost, agua regenerada o energía eléctrica y calorífica, recursos muchas veces difíciles de imaginar.

Las 157 depuradoras de la Comunidad de Madrid hacen frente diariamente a miles de litros de aguas residuales. Estas aguas suelen venir acompañadas de una significativa cantidad de residuos, muchos de ellos no deseados, como las toallitas húmedas. También llegan trapos, plásticos, colillas, bastoncillos y otros tantos desperdicios arrojados irresponsablemente por el retrete o que las lluvias arrastran desde los viales públicos. Pero no queda ahí la cosa, pues las aguas residuales, además, portan consigo tierra y arenas. Este conglomerado de residuos que acaba en las estaciones depuradoras ha de retirarse para prevenir incidentes y proteger el proceso de depuración. Para ello, en su recorrido inicial, las EDAR cuentan con rejas, cucharas bivalvas, tamices y otros elementos de contención. Esto hace que las sustancias disueltas y las partículas pequeñas formen sólidos más grandes que se pueden separar. Cuando estos sólidos más grandes se agrupan, forman un lodo. El lodo es una mezcla de partículas y agua. 

Son estos residuos los que llegan hasta la Unidad de Tratamiento de Lodos de EDAR con cogeneración de Loeches (UTL) y la Planta de Secado Térmico de lodos de la EDAR Sur, donde el lodo se procesa en etapas que comprenden una secuencia de operaciones como espesamiento, estabilización y deshidratación.

Mediante el proceso de secado térmico, que aprovecha el calor procedente de la cogeneración eléctrica, los lodos ven reducido su volumen al pasar de una sequedad inicial del entorno del 21 % a una sequedad final del 90 %, consiguiendo un producto final higienizado en forma de gránulos de lodo seco, valorizable en agricultura, como abono o como combustible en algunos procesos industriales.

Del total de 92.567 toneladas de materia seca de lodo producido en 2020, se han enviado 177 toneladas de lodos a cementera y 59,5 a vertedero. En 2020, en la Unidad de Tratamiento de Lodos de Loeches y en la ubicada en la EDAR Sur se han procesado un total de 44.525 toneladas de lodos, una cantidad que ha sido destinada a uso agrícola.

Una importante utilidad de los lodos que arrastra el agua residual es la de generar energía. Los fangos que concentran la contaminación y se retiran del agua residual son tratados en grandes digestores hasta producir con ellos una energía renovable muy versátil, el biogás, cuyo poder calorífico permite obtener calor, electricidad o carburantes para vehículos. Anualmente en la Comunidad de Madrid se generan 410.000 toneladas de lodos procedentes de la depuración del agua residual.

En conjunto, ambas plantas producen anualmente, al tiempo que se secan los lodos, 200 millones de kilovatios/hora de energía eléctrica gracias a sus respectivos sistemas de cogeneración de alta eficiencia y mediante motores y turbina de gas. Esta producción podría abastecer eléctricamente a una población equivalente a la de municipios como Móstoles o Fuenlabrada.

En la planta de Loeches, inaugurada en 2010, se higienizan los lodos también producidos en las depuradoras y se convierten en compost y abonos; se genera energía eléctrica mediante el secado térmico de esos lodos; se almacenan los desechos inservibles en dos celdas que actúan como vertedero y, desde hace unos meses, se separan y criban las tierras y arenas que han llegado apelmazadas con el resto de los residuos. De esta forma, pueden revalorizarse y adquirir nuevas utilidades. Además, con los motores de cogeneración, se genera energía eléctrica, una producción eléctrica de la cual cubre la demanda propia de la planta y el resto se entrega a la red.

Por otro lado, a la planta EDAR Sur llegan los lodos generados en las depuradoras de agua residual para su tratamiento de secado, higienización y valorización en agricultura. Asimismo, esta instalación está equipada para generar energía renovable y verde a partir del biogás producido en los procesos de digestión de fangos.

Así pues, para Canal, los desechos han pasado de representar un problema a verse como una oportunidad. Ya no son el eslabón final de la cadena, sino que ocupan un paso intermedio al dar origen a nuevas materias primas y formas de energía. Reutilizar todos estos productos forma parte de nuestra estrategia de fomento de la economía circular que, además, nos permite avanzar en la descarbonización de nuestra actividad.

Desde la Unidad de Tratamiento de Lodos de EDAR con cogeneración de Loeches, nuestro compañero Ignacio Adelantado, gestor de lodos en la Subdirección de Gestión Ambiental, supervisa el funcionamiento de la planta y la eficiente gestión del secado de lodos, garantizando una pronta respuesta ante cualquier incidencia que pueda surgir.