REUTILIZACIÓN: UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA EL AGUA

REUTILIZACIÓN: UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA EL AGUA

REUTILIZACIÓN: UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA EL AGUA

El agua regenerada adquiere un inmenso valor, pues se puede destinar a diferentes usos que no requieren necesariamente agua potable, como el riego de zonas verdes; además, en casa también podemos darle un segunda vida al agua que usamos


Contamos con 32 instalaciones de reutilización en las que producimos agua regenerada

Es posible que alguna vez, al dar un paseo por cualquiera de los muchos parques de Madrid, te hayas topado con un cartelito clavado en el césped con el siguiente letrero: «Este parque se riega con agua regenerada no potable». Quizá entonces te haya surgido la duda: ¿qué tendrá de especial esa agua? Lo cierto es que mucho, pues hablamos de una agua que está gozando de un nuevo uso, de una segunda vida diferente a la que un día tuvo. 

Como sabemos, el agua residual procedente de nuestras casas y de las actividades industriales y agrícolas se transporta a través de redes de drenaje urbano hasta las EDAR (Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales). Allí, se somete a unos procesos de saneamiento que permiten devolverla a los ríos o arroyos en condiciones óptimas para el medioambiente. Durante la depuración, se eliminan desperdicios, grasas flotantes y, en general, todos los elementos gruesos que pueda contener el agua, además de los materiales decantables y la materia orgánica biodegradable. 

Sin embargo, este proceso puede ir un paso más allá en busca de una mayor eficiencia. Así, en algunas de nuestras depuradoras, sometemos el agua residual a un tratamiento adicional, llamado tratamiento terciario. Este permite adecuar la calidad del agua depurada para que pueda emplearse en usos no relacionados con el consumo humano: riego de parques y zonas verdes; baldeo de calles; recarga de acuíferos o mantenimiento de humedales; riego de pastos o cultivos, etc.

Esta agua, a la que denominamos regenerada, comporta una serie de beneficios nada desdeñable. El más importante es la posibilidad de reservar el agua de mejor calidad para el consumo humano. Dado que el agua es un recurso limitado, la reutilización del agua residual depurada adquiere un valor incalculable, pues contribuye al incremento neto de la disponibilidad de agua embalsada en la región. Y es que al utilizar agua regenerada se evita consumir agua potable, lo que permite alcanzar cotas de ahorro realmente elevadas. 

La apuesta por la regeneración de agua reporta beneficios medioambientales en una doble vertiente: por un lado, contribuye a mejorar la calidad de los ríos; y por el otro, alivia la presión sobre los embalses, contribuyendo a una gestión más racional y sostenible del agua potable.

REUTILIZAR AGUA EN NUESTRO HOGAR

Al igual que hacen las instalaciones de agua regenerada, nosotros también podemos darle una segunda oportunidad al agua que consumimos en nuestros hogares. Se trata de poner en práctica pequeños gestos en los quehaceres cotidianos que, finalmente, también contribuyen al ahorro. Desde aquí proponemos algunos trucos que pueden resultar de utilidad:

  • Aprovechar el agua fría de la ducha: a la hora de ducharnos, suele resultar habitual que se pierda por el desagüe una cantidad considerable de agua mientras esperamos a que se caliente. Para evitarlo, podemos colocar un cubo para recoger el agua fría que sale al comienzo. Después, podremos utilizar el agua almacenada para regar las plantas, limpiar los platos o fregar el suelo. A propósito de este consejo, ya existen en el mercado bolsas específicas que se cuelgan de la ducha y permiten recoger, guardar y transportar esa agua con mayor facilidad para utilizarla posteriormente. 
  • No tirar el agua en la que hervimos verduras: después de hervir verduras u hortalizas, acostumbrados a verter el agua sobrante por el fregadero. Si en lugar de tirarla, la utilizamos para regar las plantas (siempre y cuando no le hayamos echado sal), estaremos ahorrando agua de forma sencilla y, además, les aportaremos nutrientes extra a nuestras plantas. 
  • Recoger el agua de lluvia: con cubos, contenedores u otros sistemas de recolección, podemos aprovechar para almacenar el agua de lluvia (si tenemos patio, por ejemplo) y luego emplearla para fregar el suelo o rellenar la cisterna. 
  • Usar el agua del aire acondicionado para planchar: el agua por condensación que genera un aire acondicionado en funcionamiento es prácticamente como el agua destilada (no contiene cal), por lo que resulta ideal para la plancha.

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