¿SABES CÓMO SE CONTROLA UNA PRESA?

¿SABES CÓMO SE CONTROLA UNA PRESA?

¿SABES CÓMO SE CONTROLA UNA PRESA?

La presa de El Atazar, situada en la cuenca del río Lozoya, posee uno de los sistemas de auscultación más complejos


Cada año en la presa de El Atazar se toman un total de 175.000 datos en 2.700 puntos de lectura

La auscultación es el procedimiento mediante el cual evaluamos en qué condiciones se encuentra una presa a lo largo de todas sus fases de vida útil: construcción, puesta en carga, explotación o retirada de servicio. La auscultación, por tanto, es un pilar fundamental en la gestión de la seguridad de las presas. Como no podía ser de otro modo con infraestructuras de sus dimensiones, la vigilancia y el control de los parámetros de cada presa son realmente exhaustivos.

Entre 1950 y 1990, en España se construyeron unas 700 presas. Ahora lo que toca es conservarlas, estudiar su comportamiento, analizar sus cambios y posibles problemáticas, un reto que asumimos de forma permanente en las presas de los 13 embalses que gestionamos en la Comunidad de Madrid.

El mantenimiento de estas infraestructuras en unas condiciones óptimas lo realiza principalmente nuestro personal a pie de las presas. Es una labor periódica y de equipo, en la que los oficiales de apoyo a red realizan las tareas de inspección y mantenimiento repartidos en tres turnos (mañana, tarde y noche). Equipados con tabletas, toman datos de la instrumentación instalada, en la que dependiendo del sensor, se alcanzan precisiones de hasta centésimas de milímetro.

La seguridad de una presa depende fundamentalmente de hacer un buen diagnóstico para poder aplicar el tratamiento adecuado, igual que cuando acudimos al médico. Y un buen diagnóstico se hace con una buena auscultación, con una buena vigilancia y con una buena inspección para comprobar si la infraestructura se comporta de acuerdo con lo previsto. En caso de detectar alguna situación anómala, el equipo de oficiales de apoyo a red se encarga de informar al personal responsable de la presa para que desde allí puedan anticiparse en la toma de decisiones y adoptar las medidas de actuación correctas.

La presa de El Atazar, la mayor de la región con 134 metros de altura, posee uno de los sistemas de auscultación más avanzados de la ingeniería civil. En ella se toman unos 175.000 datos anuales en 2.700 puntos de lectura. Estos datos se analizan diariamente, comparando los movimientos medidos en la presa con los obtenidos por modelos matemáticos estadísticos. De esta forma controlamos el comportamiento de este enorme muro de hormigón, una tarea vital e ineludible que podemos desarrollar gracias a quienes diariamente la vigilan desde dentro, como hacen nuestros operarios José Luis Valdominos, Pablo Martín y Jesús Miguel Rodríguez.

Para conocer con mayor profundidad en qué consiste su trabajo, mira este vídeo.