Los embalses iniciaron el año hidrológico 4 puntos por encima de la media, al 64,5 % de su capacidad máxima

El consumo de agua ha sido muy similar al del anterior año hidrológico: 487,5 hectómetros cúbicos, un 0,2 % menos

•    Las aportaciones a las reservas de la región han sido un 5,2 % superiores a las de la media histórica
•    Canal de Isabel II solicita la colaboración de todos los ciudadanos para seguir haciendo un uso responsable y eficiente del agua
•    Canal gestiona 13 embalses para el abastecimiento de más de 6,5 millones de madrileños

Las reservas de agua de la Comunidad de Madrid iniciaron el nuevo año hidrológico con valores un 4,1 % superiores a la media registrada en los últimos 30 años. A fecha 1 de octubre, los embalses se encontraban al 64,5 % de su capacidad máxima. A pesar de que la situación hidrológica con la que se afronta el nuevo año hidrológico es estable, desde la empresa pública se insiste en la importancia de realizar un consumo eficiente y respetuoso del recurso.

El año hidrológico, que estudia el estado de las cuencas hidrográficas, comienza cada 1 de octubre para poder adaptarse mejor al régimen habitual de los ríos y a su evolución. Durante los meses veraniegos de julio, agosto y septiembre, los ríos llegan a su estiaje, con los caudales más bajos del año. Es precisamente en octubre cuando habitualmente empiezan a subir, coincidiendo con el inicio del año hidrológico.

Así, los 13 embalses que gestiona Canal de Isabel II cerraron el año hidrológico 2020-2021 con 608,9 hectómetros cúbicos almacenados. Estos valores, que están por encima de la media histórica para el 1 de octubre (que se sitúa en el 60 % de la capacidad máxima), se encuentran, sin embargo, por debajo de los registrados hace justo un año, cuando almacenaban 641 hectómetros cúbicos y rozaban el 68 % de capacidad.

De esta forma, se pone fin a un año marcado por unas precipitaciones atípicas en la región, pues se ha registrado un 3 % más de lluvias en la ciudad de Madrid que en los embalses de la sierra. En este dato han influido las fuertes precipitaciones del pasado mes de septiembre en la capital, que llegó a acumular más 101,7 milímetros en apenas 6 días. En general, las precipitaciones del último mes fueron un 47,9 % superiores a la media histórica.

En la totalidad del año hidrológico, los embalses madrileños han recogido un 5,2 % más de agua de lo que habría sido esperable teniendo en cuenta la media de la serie histórica de 108 años. Las aportaciones al sistema de abastecimiento de la Comunidad de Madrid desde el 1 de octubre de 2020 hasta el 30 de septiembre de 2021 han sido de 795 hectómetros cúbicos. Esta cifra supera con creces los 650,4 hectómetros cúbicos del año anterior y también se sitúa por encima de los 756,2 hectómetros cúbicos que marca la media: en la serie histórica registrada por Canal de Isabel II: desde 1913, ha habido 61 años con menos aportaciones que el que acaba de finalizar. 

En cuanto al consumo de agua en la región durante este año hidrológico, ha sido muy parecido al periodo precedente, con una ligera disminución del 0,2 %. El descenso ha sido más drástico en los últimos meses. Sin ir más lejos, en septiembre el consumo disminuyó un 6,2 % respecto al año anterior, continuando con la tendencia de ahorro iniciado en los meses de verano.

Pese a los buenos datos, Canal de Isabel II solicita la colaboración de todos los ciudadanos para seguir haciendo un uso responsable y eficiente del agua. De hecho, la empresa ha llevado a cabo durante los meses de verano una campaña especial de ahorro de agua que, bajo el título “El poder está en tu mano: ¡cuida el agua!”, invita a los madrileños a realizar un consumo responsable gracias a pequeños gestos domésticos. 

Además, durante todo el año la empresa pública pone a disposición de los ciudadanos recomendaciones de ahorro de agua en su canal de YouTube, en sus redes sociales y en su página web www.canaldeisabelsegunda.es.  Optar por la ducha en vez de por el baño; usar los electrodomésticos a carga completa y en modo “eco” siempre que sea posible, o cerrar el grifo mientras nos enjabonamos son algunos de los gestos sencillos que contribuyen a preservar un recurso tan importante como limitado.